Me encantas, me
encantas con cada molécula de tu cuerpo, con cada soplo de tu espíritu, me encantan
tus ojos tan oscuros y profundos como la noche y tan claros a la vez que puedo ver tu
alma, tus labios rosas que tan bien saben transmitir tu amor y el aliento cálido en
tus besos de adolescente, cuando me miras en cuanto te das cuenta que mi mirada
se pierde en ti, cuando
pienso en ti y automáticamente llevo una sonrisa como la del guasón. Sí, sí, te adoro, te
acabo de conocer, pero es como si tú me conocieras de toda la vida, sí, te
adoro tanto, que me atrevo a decírtelo, a encontrarte, a no dejarte ir, a pedirte que seas mía.
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