Tus tijeras están
perdiendo su filo o tal vez ahora soy más fuerte. Tus hilos ya no tensan como
ayer o será que mis articulaciones se aflojaron. Sea cual sea el caso, la devoción
se esfumará, no negaré que aún me vuelvas loco, de hecho, mis talones tiemblan
en la penuria de tu cariño, mas están ahora tan sólidos con la ametralla de letras
con la que me has venido acribillando últimamente. Yo conozco esta bifurcación,
por la derecha estás tú, un rosal, rojo, fragante, hermoso, nocivo, repleto de
espinas dispuestas a desgarrarte, y por la izquierda, la displicencia un poco
solitaria, una ruta que deja un rastro de huellas sucias de tanto caer de
bruces, creo que el camino correcto esta vez será de vuelta a casa, a este
punto la lejanía no es nada porque puedo verla, el horizonte no la oculta.
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