Los días previos
a tu muerte suelen transcurrir más lentamente. Alargamos cada minuto, tal vez debido
a que el tiempo que vivimos nos parece no haber sido suficiente. Pero la agonía
se vuelve insoportable a cada segundo aparentando ser horas, cuando advertimos
que otro minuto más seria inútil. Te entristece saber que no darías ni un paso más
aunque estuvieses al final del túnel. Llevaste una puta vida de perro y no tomaste
conciencia de ello hasta ahora. ¿Por qué nunca fuiste feliz?, porque nunca te
lo permitiste, o porque no permitiste que nadie te la concediera ni tampoco aportaste
nada en tu vida ni en la de nadie, nadie, suena muy conocido, ese eres tú. Amaste
ser un masoquista y es momento de pagar la cuenta. Adiós.
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