lunes, 3 de diciembre de 2012

Diciembre.

Apenas es diciembre y las calles ya repletas de luces, árboles adornados que esferas de todos los colores, los más brillantes que te puedas imaginar, y los villancicos, ay dios, los villancicos, la ciudad apesta a navidad…

Recuerdas que cuando eras pequeño y toda la familia se reunía frente a la misma mesa, todos los primos jugaban, correteándose alrededor del patio. Tú te detenías para recobrar el aliento, quedabas como en trance y perdías la cuenta cuando los adultos intercambiaban palabras extrañas, te acercabas tratando de entender de qué hablaban y querías a como dé lugar formar parte de la discusión, haciendo memoria en un esfuerzo supremo para utilizar una de las palabras que oíste a la maestra de jardín decir. En ese entonces no comprendías, tus padres, tus abuelos, tus tíos, conforme ellos desaparecieron empezaste a entender la importancia de la frase “unión familiar” que todos suelen colocar en las tarjetas navideñas. Tal vez extrañas el árbol, ese que veías desde abajo con pilas de regalos y más regalos amontonados, que al llegar la media noche desenvolvías desesperadamente para luego presumir de tu nueva adquisición, o peor aún, que ahora tu pobre madre prepare infinidad de platos para compensar la soledad porque ahora la mesa queda demasiado grande, o que nadie se digne a esperar hasta las doce para empezar con la cena, solo piensas que cuando eras niño todo era mucho más simple, y por desgracia tuya, nunca volverán esos días.

Ahora caminas por las calles, y te ves reflejado en la pupila de un pequeño con la cara sucia, junto a una anciana que camina a duras penas, ambos apoyándose para caminar, preguntándose que se llevarían a la boca aquel día, cuando de repente a tu mente llega la escena de dicha pareja extraña cobijados bajo la misma manta acurrucados en cualquier esquina, ambos luchando por quedar dormidos y acelerar esa noche tan poco especial para ellos mientras el cielo explota por fuegos artificiales.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Descanzo forzado prescrito.

No me hago el boludo para recibir tu sexo o tus caricias, lo que yo deseo es una chica cuya mirada robe la mía, que me haga suyo telepáticamente y que le agrade poseerme, detestaría un amor de estación que mude de colores cuando la nieve sepulte el sol y la calidez sea solo un sueño nubloso. Aunque quizá ya sea un poco tarde para despejar esta somnolencia.
 

martes, 30 de octubre de 2012

Hunny bunny.

I know you're out there,
you might be right around the corner,
and you'll be the girl that I love.
No one could take you,
no other man could make you an offer
'cause I'll be the one that you want.

I've been messing with so many girls.
who could give a damn about who I am,
They don't like my boney body
they don't like my dirty hair,
or the stuff that I say,
or the stuff that I'm on.
I'm gonna get you, honey.

I know you're somewhere,
and nothing's ever gonna phase me.
You'll look at me and know I'm the one,
and you will love me
for all the reasons everyone hates me,
and we could do whatever we want.

Mama, she really loved me,
even when I was bad.
She'd hold my little hand,
and kiss me on the cheek,
and when I cried, she would hold me closely,
and tell me, everything will be all right.
That woman loved me,
I need a woman who loves me.
 
 
 

 

I know you're out there.

lunes, 29 de octubre de 2012

Prometo amarte solo por hoy.

Tus tijeras están perdiendo su filo o tal vez ahora soy más fuerte. Tus hilos ya no tensan como ayer o será que mis articulaciones se aflojaron. Sea cual sea el caso, la devoción se esfumará, no negaré que aún me vuelvas loco, de hecho, mis talones tiemblan en la penuria de tu cariño, mas están ahora tan sólidos con la ametralla de letras con la que me has venido acribillando últimamente. Yo conozco esta bifurcación, por la derecha estás tú, un rosal, rojo, fragante, hermoso, nocivo, repleto de espinas dispuestas a desgarrarte, y por la izquierda, la displicencia un poco solitaria, una ruta que deja un rastro de huellas sucias de tanto caer de bruces, creo que el camino correcto esta vez será de vuelta a casa, a este punto la lejanía no es nada porque puedo verla, el horizonte no la oculta.


 

sábado, 27 de octubre de 2012

No estoy huyendo.


Todos a donde voy se preguntan quién es ese chico de cabellos revueltos que anda arrastrando los zapatos. Te detienes a la sombra de un poste, enciendes un cigarro, aspiras hondo, y reanudas tu marcha, te das un tropezón con una parte salida de la acera, te cuesta reincorporarte y procurando ocultar tu sombrío semblante, te das cuenta de cuánto más te pesa la vida con cada pisada. –¡Ah! Se acabó el cigarro–, ahora tienes la garganta seca, te lames los labios, y visualizas sus besos. –Una lagrima. Sigue caminando ¡Déjate de boludeces!–. Un tipo pasa a tu lado y te suelta una sonrisa, –apuesto a que se estaba burlando de mí–, una vieja gorda que te golpea con el hombro, –perra–. La última persona que ves es una mina preciosa que te lanza una mirada de puta queriéndote comer con los ojos, solo puedes reírte de ella. Te vas acercando a casa y verificas que no haya nadie cerca conocido, quitas los candados y te recuestas contra la puerta aliviado para tus adentros de por fin estar a salvo, luego mientras subes las escaleras, recuerdas que vives en un manicomio, te diriges directo tu pieza evadiendo cualquier encontrón,  te encierras y te da la sensación de llevar una camisa de fuerza encima, tratas de echar un vistazo por la ventana, –está llena de hollín– y te da pena el limpiarla. Te sobresaltas cuando tu madre te pregunta a través de la puerta si ya comiste algo, le mientes para no preocuparla, esperas a que se aleje para derrumbarte sobre la cama, te refugias bajo la sabanas aún frías, ya son las once, comienza a desvanecerse la cafeína y te alegras de haber acabado otro maldito día.

 
 

Eventualmente te cambiaré por alguien más y tu desdén ya no tendrá efecto sobre mí.

 

viernes, 26 de octubre de 2012

El primero en enamorarse pierde.



Se te da muy bien por hablar, mas cuanto podría durar su significado. Decir cosas como un te quiero ya representan gran valía, y más si confiesas el haberte enamorado de mí. Silenciar tus celos no te sienta bien, pídeme que sea tuyo como solías, o ¿Es qué acaso nunca lo dijiste en serio? No puedo pertenecerle a alguien que me querrá solo cuando la semana se esté acercando a domingo.
Nunca supliqué ser tu consolador, tampoco imaginé tener que conformarme con sobras del cariño de una tercera. Pues sí, me enamoraste con falsos enunciados de amor, me embriagaste con promesas a medias y anticipaste mi decepción, pero el puto corazón quiso hacerse al loco, tal vez debido a que aseguraste que lucharías contra ello, y ¿Dónde coños quedó el amor? Solo tú lo puedes responderme.
No deseo tu cuerpo, ni tampoco pido tu sexo, tal vez me habría fascinado que me dedicaras una pieza de tu bella alma. ¡Felicitaciones, tú ganas!

lunes, 13 de agosto de 2012

¡Oh! Amor de verano.


Cuando se acabe el verano y los días en la alberca con los chicos corriendo de un lado a otro se hayan ido, cuando el sol comience a ocultarse más temprano, y cuando la brisa del mar que roza tu piel ya no me sepa dulce, tu amor de temporada se me habrá escapado de las manos, y yo solamente lo dejaré ir como el viento, acariciando hasta su última molécula sin que siquiera notes que me importa, siempre he tenido talento aparentando. Y no es que quiera decir cosas que no siento, o ser alguien más, pero acaso debería derrumbarme sobre ti, pues no, esta vez me pondré bolas  “¡Vete! Y no vuelvas, que conmigo no serás feliz” mientras en mi mente ensordece un silencio que suena a “Adiós, mi amor”.

Porque si yo no soy fuerte, ¿Quién más lo será?

martes, 31 de julio de 2012

La cuenta por favor.

Los días previos a tu muerte suelen transcurrir más lentamente. Alargamos cada minuto, tal vez debido a que el tiempo que vivimos nos parece no haber sido suficiente. Pero la agonía se vuelve insoportable a cada segundo aparentando ser horas, cuando advertimos que otro minuto más seria inútil. Te entristece saber que no darías ni un paso más aunque estuvieses al final del túnel. Llevaste una puta vida de perro y no tomaste conciencia de ello hasta ahora. ¿Por qué nunca fuiste feliz?, porque nunca te lo permitiste, o porque no permitiste que nadie te la concediera ni tampoco aportaste nada en tu vida ni en la de nadie, nadie, suena muy conocido, ese eres tú. Amaste ser un masoquista y es momento de pagar la cuenta. Adiós.